domingo, 16 de diciembre de 2012

El largo peregrinar médico: alopatía, homopatía, naturismo y otras yerbas....


Como dije en la entrada anterior.... al año y tres meses de nuestro primer hijo, nos aventuramos en la búsqueda del hermanito.

Nos considerábamos muy afortunados de haber conseguido el primer embarazo tan rápidamente, tan sin tiempo ni para pensar en qué nos embarcábamos. No creíamos que íbamos a quedar nuevamente tan rápidamente.... aunque en el fondo, creíamos que era posible.

Así que empezamos como se empieza siempre con esto (supongo yo, aunque no lo sé a ciencia cierta... no sé si todos buscan un bebé de la misma manera, aunque una cosa es segura, para concebir hay que tener sexo!). Empezamos a disfrutar del hecho de estar buscando, a tener relaciones los más seguido que nuestras fuerzas nos permitían (aunque por supuesto ya no fue tan intenso como en la primera búsqueda....). Los primeros meses esperaba la fecha de mi período con impaciencia, deseando que no llegara y hasta con la certeza de que no llegaría.... Pero llegaba puntual. Hasta me hice, más de un mes, algún test casero antes de la fecha indicada (así fue con mi primer hijo).

Fueron pasando los meses y nos proponíamos no desesperarnos, pero yo sí me desesperaba. Hicimos casi un pacto de que no consultaríamos a un profesional hasta el año de búsqueda. Pero a los 7 meses aproximadamente yo consulté al ginecólogo que me dijo tranquilamente que no me preocupara, que con el segundo hijo no era nunca tan fácil como con el segundo, que los padres están agotados y la cosa cuesta más. Me dijo que no me iba a hacer un perfil hormonal porque eso sólo iba a servir para ponerme más nerviosa.

No me conformé y fui a ver a otra ginecóloga. No me dijo nada muy diferente, salvo que accedió a hacerme un perfil hormonal. Los resultados eran buenos para mi edad. Le pedí que me hiciera una ecografía y accedió de mala gana. La ecografía, según la ginecóloga, estaba ok.

Me relajé un poco y decidí esperar un poco. Entre tanto, un día fui a visitar a una amiga mía que estaba buscando un embarazo hacía 2 años y que, después de ver a muchos ginecólogos, dio con una especialista en fertilidad que le hizo todos los exámenes de rutina que deben hacerse (análisis hormonales, ecografía, espermograma, histerosalpingografía, cultivos, laparoscopía, histeroscopía, cultivo de endometrio), hasta dar con el problema: endometritis crónica.

Era la primer vez en mi vida que escuchaba la palabra "endometritis". No tenía ni idea de qué se trataba. Nunca me olvidaré a mi amiga muy tranquila diciéndome: "es una inflamación en el endometrio, por una infección" y yo azorada le pregunté "el endometrio se infecta?????? por qué????" y ella tranquilamente me contestó, como si tuviera que ser obvio: "por coger!".

Cumplido el año de búsqueda fui a ver a la especialista que había tratado a mi amiga. Algunos de los exámenes de rutina estaban hechos (análisis de sangre y ecografía), así que me mandó a hacer los que faltaban y, así como al pasar, me dio antibióticos, porque en la ecografía se veía "mínima cantidad de liquido en fondo de saco de Douglas" y "podía ser una infección".....

Y entonces empezó realmente todo...... Allí empezó la catarata interminable (hasta la fecha) de malas noticias: cultivos, bien; histerosalpingografía, una trompa tapada; espermograma: test de Kruger bajo 6%. Consulto a otro especialista en fertilidad que básicamente confirma que hay que hacer laparoscopía. Me hace una ecografía y me dice que estoy ovulando del lado que la trompa no está tapada.... que tenga relaciones y haga un bebé. Atraso, pipi-test positivo, sub-beta hcg cuantitativa positiva para embarazo, pero con un valor bajísimo (27). Si hubiera conseguido el hermanito en ese momento, no estaría escribiendo. Llega mi período con una semana de atraso. Luego de interminables vueltas por un tema de seguridad social, laparoscopía (con otro médico de mi prepaga al que no le había visto la cara en la vida y que se hacía el pseudo-canchero-relajado). Todo bien, excepto que la biopsia de endometrio dió como resultado que tenía un proceso inflamatorio (que mucho después me enteré de que era bastante importante).... Diagnóstico (se lo arranqué al pseudo-canchero-relajado-zen con tirabuzón: "sí sí, es una endometritis crónica.... Vos estás contenta porque querías encontrar un problema fuera de tu psiquis.... pero en realidad ese problema no existe, lo que vos tenés que hacer es algún tipo de terapia.... el problema está en vos.... y de paso, tomá tres días de Azitromicina"..... "pero Doctor, yo ya tomé 6 días de Azitromicina antes de la operación y la inflamación no se me fue evidentemente".... "6 días es una barbaridad!!! tomá 3 días!".

Los tomo, pero mientras tanto voy a ver al segundo médico que me había visto y me dice, todo bien. pero 3 días de Azitromicina no es suficiente..... Tomás 14 días de Vibramicina vos y tu marido. Ok.... yo, por las dudas, tomé 1 mes! Y mientras tanto, me carcomía el cerebro preguntándome de dónde puedo haberme agarrado un bicho como clamydia o gonorrea si no era por mi marido (en cuyo caso, la única opción era una infidelidad......). Ningún médico que se aventuraba a decirme de qué modo me podía haber pescado algo.... me dijeron que de cualquier modo. Adelanto que con el tiempo concluí que no era una cuestión de cuernos sino de mala suerte y que, evidentemente, me podía haber pescado cualquier tipo de bicho (a mí, la mujer más higiénica del mundo.... !!! pues sí, MALA SUERTE SE LLAMA ESTO...).

Bueno, lo que vamos a hacer, me dice el médico, es estimularte la ovulación así, como una trompa está tapada, ayudamos a que ovules del lado que no tenés trompa tapada.  Tres meses de tratamiento y nada....... nada...... El médico me insinúa que la otra trompa también podría estar tapada, en cuyo caso sólo quedaría hacer un in vitro. Me asusto.... salgo espantada! Consulto otro médico especialista en fertilidad.... Zarasa.... mucho comercio en todo esto. Y consulto a otro más!!!! Voy a todos los "capos" en fertilidad... gasto fortunas en consultas y medicación... No importa...... todo sea por el hermanito! No me dice ni me propone nada diferente. Me dice, además, que el médico que me trataba (el segundo al que había consultado) era "de los serios" pero el otro (el que ví entretanto) era "de los chantas".... y remata: te prometo que en 2012 te embarazás. En fin.... que me iba a hacer una ecografía: estás ovulando del lado que no está tapada la trompa!!! Tomá ácido fólico y tené relaciones... Lo hacemos..... nunca perdemos las esperanzas. NADA... NADA DE NADA.

Empiezo terapia. Estoy decidida a atacar esta cuestión por todos los flancos. Voy también a una homeópata, pero era ella tan desagradable que hice el tratamiento durante un mes, sin ningún cambio en absoluto y la abandoné.

Consulto nuevamente a la primera especialista en fertilidad (la había abandonado porque sus horarios de consulta eran muy extraños y hemos llegado a esperarla entre 3 y 4 horas!). Volví.... me mandó nuevos cultivos... todos bien, dan todos negativo a mi marido y a mi. Fui a mi médico clínico de toda la vida que me dice que con los cultivos no era suficiente ya que pueden dar falsos negativos.... Nos manda a hacer análisis de sangre que dan todos bien a mi y a mi esposo: nada de clamydias y, aparentemente, tampoco gonorrea..... Le ruego a la médica que me ordene hacer una nueva histerosalpingografía. Accede. Aparecen las 2 trompas tapadas. La desesperanza se apodera absolutamente de mi......

Hay que hacer una nueva laparoscopía..... Ya a esta altura, no me bastaba ni con terapia, ni con homeopatía.... fui a un "brujo", "manos santa" o como lo querramos llamar..... Me hizo una descripción de cómo me sentía que me impactó.... Y luego me mandó tomar un té aqueroso que tomé rigurosamente durante muchos meses sin que, por supuesto, nada ocurriera.

Llegué a mi segunda laparoscopía aterrorizada.... mucho más asustada que en la primera en la cual me acompaña cierto grado, importante de inconciencia..... Brevemente: sobreviví a la segunda laparoscopía (como sobrevivimos, todos los que pasamos por esto, a todo el arduo camino de la infertilidad). Al despertar mi marido estaba ahí, paciente.... fuerte, sosteniéndome en todo sentido. Me habían podido destapar la trompa, pero tenía una gran inflamación (la trompa y nunca entendí bien si también la parte externa del útero). Habría que hacer entre 3 y 6 meses de tratamiento antibiótico, además del antibiótico muy fuerte que me habían administrado por vía endovenosa durante la operación. Además habían hecho cultivo del líquido que tenía en el fondo del saco de Douglas y nueva biopsia y cultivo de endometrio. Estos estudios dieron todos bien.

Nuevo tratamiento antibiótico durante 6 meses. Dolor crónico en la cadera..... Me hicieron hasta Tomografía Computada, pero todo dio bien. A los 6 meses de tratamiento, cuando los médicos ya no tenían mucho más que proponer, decidimos que basta.... que lo único que quedaba era iniciar un tratamiento de fertilización in vitro..... Y esta es una nueva historia que queda para un nuevo capítulo.

viernes, 14 de diciembre de 2012

El principio

Empiezo por el presente....

En realidad la primera frase que me vino a la mente fue "empiezo por el final".... pero la realidad es que no estoy en ningún final de nada. Muuuuy por el contrario, hace unos pocos días lo que realmente sentí fue que estaba frente a un nuevo principio. Hasta pensé: "Así que de esto se trataba el fin del mundo 2012"....... Y es que este año muchos trataron de explicar que ese famoso fin del mundo anunciado por el ¿calendario maya??? para el año 2012 no era realmente el fin del mundo, sino el fin de una etapa.

En fin, para que ponerle suspenso: hace una semana me hice el famoso (famoso para todas aquellas mujeres que desean quedar embarazadas) análisis de la sub unidad beta cuantitativa. En mi caso (y este blog es en gran medida para mí y un poco también para mujeres que, como yo, están en la búsqueda) fue el análisis post "transferencia".

Vamos entrando en tema, no? A esta altura estoy un poco impregnada de la jerga "fertilizante"..... "Punción", "transferencia", "betaespera" son palabras que las desesperadas -como yo- y las no tanto también, ponen en el Google e inmediatamente aparecen de a miles páginas webs dedicadas a la fertilidad humana. Y antes de llegar a estas palabras, todas habremos pasado por la búsqueda de todas o algunas palabras como "infertilidad", "histeroscopía", "histerosalpingografía", "laparoscopía", "espermograma", "biopsia de endometrio", "endometritis", "endometrosis", "enfermedad inflamatoria pélvica", "enfermedades de transmisión sexual", "salpinguitis", "hidrosalpinx" y un casi interminable etc..... y, por supuesto, lo más importante aquí, habremos pasado por la angustia que cada una de estas palabras genera y ni qué hablar la que genera la búsqueda de información por internet.

Propondría casi sin pensarlo huir de internet, no buscar más, no dar valor de verdad a nada de lo que encontramos aquí, porque en rigor, la única verdad somos nosotros, cada caso en particular, en definitiva cada cuerpo que habla con su propio lenguaje. Pero sé que aunque sepamos positivamente que buscar por internernet nos calmará la angustia en la misma medida que nos la potenciará (en definitiva, el grado de angustia no dependerá de lo que aquí encontremos), quienes  estén leyendo (y la que está escribiendo) no dejarán (no dejaremos) de buscar..... Buscar en internet es sólo una parte de una búsqueda mucho mayor.

Entonces, ya estamos en tema.

Creo que aquí me puedo definir como una mujer de 38 años, mamá de un niño de 4, esposa de un hombre de 40 que hace casi casi 3 años que busca un segundo hijo..... EL HERMANITO.

Ahora sí, entonces, rebobino y me voy al principio.

Conocerán más o menos el cuento de las  vacas gordas y las vacas flacas. No importa mucho de dónde viene el cuento (de algún lugar de la Biblia, del Génesis, en el que se relata que el Faraón egipcio tuvo un sueño en el que aparecían 7 vacas gordas seguidas de 7 vacas flacas), pero la cuestión es que muchas veces se usa para hablar de períodos de la propia vida, o de la economía de un país, etc. Yo venía de años de vacas flacas..... muy flacas, cada vez más flacas..... Y de repente, todo empezó a repuntar. Me fui de viaje, volví, abandoné a un hombre "lastre", empecé a noviar con mi esposo, me casé.... a los 3 meses decidimos que estaría bueno intentar tener un hijo y al mes siguiente ya estábamos embarazados.

En fin... decir que mi familia claramente tiene todas las caracterísiticas de una familia judeo-cristiana, con 12 años de colegio de monjas y todo y aunque hoy soy agnóstica, me es difícil sacudirme de mi educación. Eso significa sentimiento de culpa permanente, temor a dios (o a algo más allá de mí), etc etc. Esto para explicar que ante la felicidad lo primero que sobrevino fue el temor a su precio.


"Como todas las personas que viven mimadas por los dioses sin ninguna razón, también sentía una especie de angustia en el fondo de tanta felicidad. Todo era demasiado hermoso, demasiado redondo, demasiado perfecto. Uno siempre teme tanta felicidad ordenada. Me habría gustado, entonces, en plena luna de miel, ofrecer algún sacrificio a la vida: no me habría importado si el correo de casa, que recogía en los diferentes puertos, me hubiera traído noticias desagradables, materiales o sociales, no me habría importado enterarme de que esta mansión se había quemado, de que había perdido dinero, no me habría importado si mi banquero, el administrador de mi fortuna, me hubiera enviado malas noticias, o algo parecido... Ya sabes, uno siempre quisiera devolver algo a los dioses, una parte de su felicidad. Porque los dioses son, como se sabe, envidiosos, y cuando dan un año de felicidad a un simple mortal, lo apuntan como una deuda, y al final de su vida se la reclaman, con intereses de usurero" (Sandor Marai, "El último Encuentro", fragmento).


Pues, así me sentía yo ante tanta felicidad... Yo nunca me consideré una mimada de los dioses ni mucho menos.... Y entonces sé que a las vaquitas flacas en algún momento las siguen las gordas.... y viceversa. Pero a la vez (y esto es lo curioso y maravilloso del ser humano: la capacidad de tener sentimientos opuestos al mismo tiempo) he pensado que todo es una cuestión de perspectiva y que, tal vez, yo nunca me sentí una mimada de los dioses, pero en realidad sí lo soy, y entonces es cuando se siente que a veces la felicidad se paga (o uno cree que se paga, pero no se trata de ningún pago, sino de un ciclo natural de la vida). En fin... ya ven de qué viene esto, así que es una buena oportunidad para abandonar.

Sigo entonces. El embarazo tranquilo, luego el niño no tanto! Mi hijo, mi hijo lindo, hermoso, sano, feliz, era un bebé demandante. Los 2 primero meses lloró puntualmente de 7 pm a 9 pm. No había como calmarlo, pero lo bueno era que uno sabía que al cabo de 2 horas se calmaría. Luego se despertaría cada media hora, o cada hora, o cada 15 minutos.... Comprendí semanas después del parto que las mujeres no adelgazamos por amamantar, sino por no poder dormir, ni comer, ni bañarnos, ni nada!!!! Pero ese sería material para un blog aparte que, sinceramente, no me interesa escribir. De cualquier manera, en algún momento los niños empiezan a dormir, a comer (el mío todavía no muy bien) y darnos lugar para desear "el hermaniiiiito!".

Así que cuando nuestro niño tenía 1 año y 3 meses decidimos que queríamos ir por el segundo.